FUNDACIÓN DEL COLEGIO
SAN AGUSTÍN

Los frailes de la Orden de San Agustín de la Provincia de Holanda, que desde los años 30 venían trabajando en Bolivia, en la zona de los Yungas del Departamento de La Paz, decidieron fundar un colegio secundario que fuera no sólo un aporte cuantitativo a la demanda educativa, sino, sobre todo, una contribución cualitativa a ella. Con este propósito, algunos de sus miembros sacerdotes fueron preparados para ejercer la docencia en un colegio y eligieron como base de sus actividades educativas la ciudad de Cochabamba.

En fecha 21 de octubre de 1954, se dictó el Decreto Supremo Nº 64314, autorizando el funcionamiento del colegio con el nombre de “San Agustín”, lo que significa que son las enseñanzas del Obispo de Hipona, San Agustín, las que inspiran la labor educativa del colegio y nos señalan el ambiente en el que debemos desarrollar nuestras tareas, fundando un colegio donde siempre se armoniza lo teórico y lo práctico, la ciencia y la fe.

El primer año académico se inició en 1955 con seis cursos correspondientes al ciclo secundario de esa época, utilizando aulas provisionales ubicadas en la planta baja del convento. Dos años después, se inauguraron las aulas del edificio propio del colegio, así como los talleres de carpintería, el laboratorio de física y el laboratorio de biología.

En cuanto a la vida académica, el colegio comenzó con 25 estudiantes en 1955, y en 1960 se dispuso de la primera promoción con 14 estudiantes.

Un hecho trascendental sucedió en el colegio en 1972, cuando se convirtió en el primer establecimiento educativo que introdujo la enseñanza del idioma quechua como signo de voluntad de revalorizar las culturas nativas. También se empezaron a desarrollar experiencias extracurriculares como “Casiciaco” y el periodismo estudiantil, traducido en la revista estudiantil “Kantuta”.

El primer director del colegio fue el Padre Juan Teuben, quien ocupó este cargo durante 4 años, hasta diciembre de 1958. Entonces, le sucedió en la dirección el Padre Guillermo Saelman, hasta diciembre de 1964, para luego hacerse cargo el Padre Lucas Hoogveld hasta 1971. Posteriormente, en 1972, se hizo cargo de la dirección del colegio Don Antonio Cabrerizo Ríos, profesor desde la fundación del colegio, constituyéndose en el primer director que no era padre agustino.

Luego de varios años de trabajo, los padres agustinos holandeses fueron delegando paulatinamente la administración y la responsabilidad de la gestión del colegio a profesores y profesionales bolivianos, hasta que, en 1992, transfirieron la propiedad y gestión de la institución a la Fundación Educacional San Agustín (FESA).