“Conócete, acéptate y supérate” es la esencia agustina.
El ethos de los estudiantes agustinos está caracterizado por su formación y comportamiento, mismo que se fundamenta en valores y principios sólidos que incluyen la vida en comunidad, la amistad, la corrección fraterna, la búsqueda de la verdad y la solidaridad. Así, los estudiantes agustinos se convierten en líderes éticos y reflexivos, capaces de adaptarse y generar cambios positivos en su entorno, siempre actuando con honestidad y consideraciones éticas.
Los estudiantes muestran competencia en ciencias, tecnología y matemáticas, aplicando sus conocimientos para contribuir al bienestar de la comunidad a través de las ciencias de la vida.
Son hábiles para traducir conocimientos teóricos en proyectos del mundo real.
Los estudiantes analizan situaciones profundamente, cuestionan suposiciones y generan soluciones creativas.
Tienen un deseo ferviente de aprender más allá de lo establecido, explorando nuevas ideas y tecnologías.
La creatividad es una característica distintiva, son estudiantes que piensan más allá de los límites convencionales para resolver problemas.
Los estudiantes deben ser competentes en comunicación verbal y no verbal, así como en escucha activa y habilidades de presentación persuasivas, tanto en su idioma nativo como en otros idiomas. Además, deben tener la habilidad para comunicarse efectivamente con tecnologías y sistemas digitales.
Trabajan de manera efectiva en equipos diversos, manejan conflictos y construyen relaciones de valor.
Enfrentan y superan desafíos, adaptándose positivamente a la incertidumbre y al cambio, incluso cuando experimentan frustración.
Los estudiantes toman el control de su propio aprendizaje, gestionan su tiempo de manera eficiente, establecen y alcanzan metas para la consecución de objetivos comunes.
Son conscientes de sí mismos, comprenden y manejan efectivamente sus emociones, empatizan con los demás y cultivan el principio de la interioridad según San Agustín.
El propósito del estudiante agustino boliviano es contribuir de manera significativa al mejoramiento de su entorno y, en un sentido más amplio, al desarrollo integral de Bolivia. Esto se logra mediante la aplicación de las habilidades esenciales desarrolladas al desempeñar roles de liderazgo ético, reflexivo y participativo.